Me llamo Jos? Luis Rodr?guez Andr?s. Nac? en Salamanca un 7 de abril de 1980, me cas? en Polonia, en 2011, con una bella mujer que me comprende mejor que yo mismo y 5 a?os despu?s tuvimos la ni?a m?s preciosa y simp?tica que unos padres puedan desear.
Hijo de agricultor y ganadero, he vivido todos los veranos de mi vida en el campo donde trabajaba mi padre, rodeado de la Dehesa Charra: naturaleza, encinas, robles, ganado y animales en libertad. Entr? en el mundo de la caza por tradici?n familiar. Mi padre fue un cazador con una gran afici?n cuando Espa?a rebosaba de perdices, conejos y liebres, y las palomas torcaces eran consideradas una plaga, que se ahuyentaba con cohetes de las fincas, para que no se comieran la montanera de bellotas que los ganaderos ten?an reservadas para los cerdos.
Comenc? cazando t?rtolas y palomas?con 14 a?os, en la Media Veda con una escopeta del calibre 20 que a?n conservo desde 1994, ya ha llovido… Y a?n recuerdo con nostalgia el lance de la primera t?rtola que mat? con esa escopeta. Con el pasar de los a?os, la caza, como todos los que son m?s o menos cazadores conocen, ha ido cada vez a menos, y la ingente cantidad de t?rtolas que se nos presentaban a?o tras a?o en los rastrojos de trigo fue disminuyendo hasta que ir a cazar en la Media Veda se convirti? en algo m?s aburrido que satisfactorio.
Durante mis estudios de ingeniero inform?tico dej? un poco de lado la caza, hasta que por el destino?de la vida cambi??mi contrato de programador inform?tico en una empresa de Salamanca por una vida m?s tranquila echando una mano a mi padre en el campo, el mismo campo que me hab?a visto acudir verano tras verano a disfrutar de la naturaleza. Trabajando todos los d?as en la dehesa salmantina observ? que durante el invierno acud?an bastantes m?s palomas torcaces de las que yo me imaginaba para alimentarse de las bellotas… as? que en 2012 desempolv? mi escopeta y volv? a la caza que tan abandonada ten?a.
Siempre me llam? la atenci?n la caza de la paloma torcaz con cimbeles, mi padre me contaba alguna experiencia que ?l tuvo de invitado cuando todav?a estaba soltero, y yo quer?a experimentar la sensaci?n que te invade al conseguir traer a una paloma torcaz hacia tu puesto sin ser visto. As? que compr? cuatro palomas de pl?stico que vi en el escaparate de la armer?a que hab?a en la misma calle de mi casa, y las comenc? colocando delante del puesto, en el suelo, como si estuvieran comiendo. No voy a decir que esto fuera infalible, pero alguna que otra paloma despistada que pasaba por all? y las ve?a giraba, e incluso hac?a el amago de posarse con ellas… pero eran muchas m?s las que segu?an su camino sin ni siquiera inmutarse.
Con la expansi?n de internet comenc? a buscar informaci?n sobre esta modalidad de caza, y finalmente encontr? el primer libro que public? Juan Manuel (para m? Juanma) «La caza de la paloma torcaz con cimbeles», y sin dudarlo lo compr? con la esperanza de que ese manuscrito resolviera todas mis dudas al respecto. Y no s?lo me resolvi? las dudas que ten?a, sino que me?dio el empuj?n que necesitaba para empezar a cazar con palomas vivas y no con palomas de pl?stico como ven?a haciendo. Tanto me gust? el libro, que contact? con su autor por email para felicitarle por esa publicaci?n que tanto me hab?a ayudado, emplaz?ndole en un futuro para que viniera a Salamanca para disfrutar de una jornada de caza cimbelera a modo de agradecimiento.

Con Emilio, el primer d?a que cazamos los tres juntos
En el transcurso de esos d?as me contact? un se?or del Pa?s Vasco que buscaba?un coto donde cazar palomas con cimbel en Salamanca, ya que le quedaba m?s cerca que C?ceres, a donde se desplazaba hasta entonces para practicar esta modalidad. Movido por la curiosidad de cazar por fin con cimbeles vivos tambi?n le invit? al coto en que yo cazo, y result? que terminamos haciendo muy buenas migas y pasando una jornada de caza m?s que agradable. Adem?s Emilio (el vasco) result? que cazaba en C?ceres en el mismo coto que Juanma, y as? en d?as posteriores acabamos junt?ndonos los tres para disfrutar de otra jornada de caza cimbelera. Ser?a la primera de las muchas que llevamos y de las muchas que, espero, nos queden por disfrutar.
Ahora ya no solo cazo con las palomas de pl?stico que compr? por aquel entonces, sino que me constru? mi propio palomar que cuenta con m?s de 20 palomas criadas por m?, en 2015 dise?? un cimbel de rodillo electr?nico con mando a distancia y el verano pasado fabriqu? mi propio puesto port?til con ruedas… y es que yo cuando era peque?o de?mayor quer?a ser inventor, y el mundo de los cimbeles es de lo m?s propicio para poder desarrollar el ingenio y la inventiva, y ya lo ir?is descubriendo cuando hablemos de todo lo que engloba la caza de la paloma torcaz con cimbeles.